"Quiero comprarle a la vida cinco centavitos de felicidad”. La historia de Rosamel Araya
- 14 DE JULIO 2025

Por Felipe Rodríguez.
Repasar los anales de la canción cebolla chilena es viajar al corazón de grandes voces que entonaron con fuerza y pasión, que dieron testimonio del dolor y la nostalgia, el desamor y la desilusión. Las emociones de melodías vinculadas al amor y al llanto, al lamento profundo que deja una sensación amarga y melodramática, es muestra de un sentimentalismo que ha traspasado generaciones y que ha tenido a varios nombres memorables entre sus intérpretes. Uno de ellos es el sanantonino Rosamel Araya, nacido en 1936, quien, desde el vals peruano y el bolero, se erigió como una figura que desde muy joven pudo internacionalizar su carrera.
En compañía de su trío Los Playeros, logró un amplio reconocimiento y desarrolló parte de su trayectoria en Argentina, específicamente en Mendoza y Buenos Aires, en donde editó la mayoría de sus discos.
Arrancó en 1954 en un concurso de canto de la Radio Sargento Aldea en San Antonio, tras obtener el segundo lugar. Recién con 18 años, Araya decide avocarse a la música, trasladándose en primera instancia a Valparaíso y luego a Santiago.
En 1958 grabó con Los Ases del Caribe los sencillos Amor prohibido y No, no digas nada que se editaron en un disco de 45 por el sello RCA-Víctor. Además de tener que pagar de su propio bolsillo las 500 copias publicadas, el artista no pudo brillar y no alcanzó el reconocimiento esperado en Chile, a pesar de que trabajó en radio Pacífico y otras emisoras.
Sin embargo, al año siguiente y ya instalado en el país trasandino, Rosamel tuvo su revancha y rápidamente se hizo de un nombre importante gracias a presentaciones en programas de televisión y espacios radiales. Su fama se incrementó notoriamente al punto de que pasó a ser copropietario del sello discográfico Discjockey y agente de otros artistas.
Luego de diversas giras por Latinoamérica durante la década de los 60, regresó a Chile en 1978, se presentó en varios escenarios, pero un año más tarde viajó a Argentina para participar en la película La carpa del amor.
Entre sus producciones discográficas, destacan Cuando canta Rosamel (1959), Germaine (1960), Rosamel ’68 (1968), Propiedad privada (1974), Rosamel canta al Perú (1974), Hoy canto para ti (1975), Luz y sombra (1995). Y de sus mayores éxitos, sobresalen Quémame los ojos, Arrepentida, Nuestro juramento, La carta.
También influenciado por la ranchera mexicana en la fusión de guitarras y trompetas, Rosamel Araya destacó por la fuerza de su voz en la interpretación del bolero, la balada romántica y el vals peruano. Así lo dejó de manifiesto en una de sus canciones titulada Cinco Centavitos, en donde exclama con angustia y pena: “Quiero comprarle a la vida cinco centavitos de felicidad”. Falleció en Buenos Aires y sus restos descansan en el Cementerio de La Chacarita.
Fuente foto Rosamel Araya: https://www.deezer.com/